Acusado de violentas entraderas, los agentes de seguridad le secuestraron un pistolón calibre 22 largo con municiones, dos Smart TV, tres teléfonos celulares, guantes, precintos y la suma de 40 mil pesos.
Con un extenso prontuario y prófugo de la Justicia, cayó el Gordo Postre en San Francisco Solano, acusado de violentas entraderas, y tanto él como su esposa fueron detenidos por la policía. Su último ataque tuvo como víctima a una abuela de 82 años y a sus familiares en Lanús, a los que maniataron y robaron dinero y objetos de valor tras ingresar por la ventana.
El verdadero nombre del implicado es Walter Peluffo, de 32 años, al que aprehendieron en su vivienda, donde los agentes de seguridad secuestraron un pistolón calibre 22 largo con municiones, dos Smart TV, tres teléfonos celulares, guantes, precintos y la suma de 40 mil pesos.
La captura del hombre se produjo a partir de una investigación realizada por la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N°5 de Lanús donde se recolectaron pruebas como las comunicaciones telefónicas que los integrantes de la banda mantuvieron durante el robo, las cuales evidencian el trabajo de inteligencia que realizaban y cómo operaban, incluidos los datos de las otras viviendas marcadas en caso de no poder ingresar en la que estaba prevista inicialmente.
Asimismo, las pericias permitieron saber que con uno de los celulares incautados, perteneciente a la anciana, la pareja del Gordo Postre había realizado varias transacciones y compras con las aplicaciones que tenían los datos de tarjetas y cuentas cargados.
Los delincuentes se trasladaban en un auto marca Fiat color rojo modelo Argo y un Renault Clio color gris.
A la fecha, Peluffo cuenta con una condena vigente de 16 años en prisión, más declaración de reincidencia dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal 4 de Mar del Plata cuyo vencimiento es en febrero de 2027.
Si bien se sabe que junto a la banda cometieron más de 15 entraderas entre la mencionada ciudad, Balcarce y Miramar, solo fueron condenados por 9 y fue él quien obtuvo la mayor condena. En uno de los hechos cometidos en la ciudad feliz, el ataque a la víctima fue tan violento que perdió dos de sus piezas dentales por una golpiza.