Sostiene que no le entrega medicamentos e insumos como pañales y una leche especial para su hija enferma. Además, el padre de la niña sufrió un ACV y no puede trabajar, por lo que debieron mudarse a una casa que necesitan poner en condiciones.
Una familia de Florencio Varela denuncia que la obra social de su hija de 11 años, quien padece parálisis cerebral y síndrome de Rett, no se hace cargo de los insumos y medicamentos que necesita para mejorar su calidad de vida
Por ello pide donaciones de materiales para poder construir un sitio adecuado acorde a los cuidados necesarios que debe tener la niña, ya que debieron mudarse de la casa donde anteriormente residían porque no pudieron pagar el alquiler: el padre de la pequeña sufrió un ACV, que le impide trabajar. Para ayudarla, pueden llamar al 11-3138-6113.
Verónica Amarilla, de 38 años, es la mamá de Mayra Pintos -ignorada por su cobertura médica-, quien además de hacerse cargo de ella, también atiende a su marido, Francisco, de 46, y a su otra hijita Samara, de 8, que padece asma y celiaquía. Además, Mayra cuenta con dos hermanos más, Lautaro, de 15, y Sol, de 16, que tampoco pueden ayudarla porque son menores de edad.
Amarilla, del Triángulo de Don José, relató que “desde hace un año, la obra social de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) no le brinda la provisión de medicamentos, insumos y ni siquiera la leche especial que debe beber, cuyos valores son muy elevados. Tampoco les facilita los aparatos ortopédicos por problemas que padece en la columna y en la cadera”.
“El año pasado nos vimos obligados a pedir préstamos con el objetivo de poder comprar esos elementos. La lata de 350 gramos de leche sale 3.200 pesos. El contenido de la misma es para dos días y medio. Y, en cuanto a los pañales de algodón con óleo, gastamos alrededor de 11 mil pesos por mes. Desde la prestataria me dicen que tienen problemas económicos”, recordó en diálogo con El Quilmeño.
Producto del estrés que le generó la dramática situación, Francisco, su pareja, sufrió un Accidente Cerebro Vascular (ACV) que le dejó como secuela, entre otras, una memoria a corto plazo lo que le imposibilita realizar tareas laborales. Al no contar con ingresos, tuvieron que mudarse “a otra vivienda más pequeña porque nos costaba y nos cuesta pagar el alquiler”, agregó Verónica Amarilla.