Un equipo interdisciplinario del Hospital El Cruce, integrado por mujeres, operó con éxito la cara de un vecino de Avellaneda que desde hacía tiempo padecía la enfermedad.
Un hombre de 41 años, oriundo de Avellaneda, que desde hace mucho tiempo padecía un tumor en el rostro fue operado con éxito en el Hospital El Cruce de Florencio Varela. Allí, un grupo de mujeres profesionales del área “órbita y oculoplastia” se lo extrajeron y le reconstruyeron parte de la cara.
La historia de César comenzó en medio de la pandemia en el mes de abril del 2020. “Una mañana veo que tenía un bultito en la cara, me lo toco y empieza a sangrar. Pasan los días y no cicatrizaba. Entonces fui al hospital de Avellaneda y nada, me atendieron pero no encontraban la solución”, detalló.
Para cuando llegó al Hospital el bulto le había crecido y le producía molestias en su ojo izquierdo, por lo que tenía una vida social muy limitada porque a donde iba tenía que cubrirse la mitad de la cara con una venda, además tenía dificultades para parpadear.
La Dra. María Laura Carballo explicó que el paciente “tenía un epitelioma basocelular, es decir un tumor en el rostro ubicado en el ángulo interno del ojo izquierdo. El cual tenía varios años de evolución y había pasado por varios especialistas antes y no le habían dado solución. Estaba en buen estado general pero con molestias para ver porque ese tumor estaba creciendo. Es un tumor muy frecuente y el mayor problema es que invade localmente y destruye los tejidos”.
“Este tipo de tumor es el único que no da metástasis, pero localmente invade tanto que rompe todo los tejidos y las estructuras vecinas. Por eso hay que sacarlo en este caso iba a destruir todo el macizo facial había que extirparlo porque la cara era donde estaba asentado el tumor”, agregó.
El equipo médico de “órbita y oculoplastia” que es el primero en los hospitales públicos de la provincia de Buenos Aires y fue el encargado de realizar un nuevo párpado inferior, una reconstrucción de la mejilla y logró extraer el tumor y quedó sin ningún rastro de la enfermedad. Fue una cirugía de alta complejidad por la cercanía con el ojo, la vía lagrimal y porque al estar en la cara la reconstrucción debió ser lo más estética posible.
“Se trabajó en forma multidisciplinaria entre oftalmología y cirugía plástica. De esta manera se logró sacar el tumor en su totalidad y el resultado estético es muy bueno. Hoy el paciente está curado”, concluyó.
El equipo estuvo integrado por la Dra. María Laura Carballo, cirujana plástica; las oftalmólogas María Florencia Montefinal Insúa y María Paula Albina de Rueda y las instrumentadoras Silvina Medina y Romina Bermúdez.