En la entidad llamada Unidos por los Chicos cuentan con maquinaria para realizar las reparaciones y ya están pensando en la creación de un taller.
“Si no lo usas donalo, dale una segunda oportunidad” es una iniciativa que lanzó un grupo de vecinos solidarios de Lanús, llamado Unidos por los Chicos Colaboración, que arreglan útiles escolares, juguetes y ropa para destinarlas a comedores y merenderos de la zona, al tiempo que anticiparon que prevén la fundación de un taller propio para llevar a cabo el arreglo de las prendas.
Myriam, integrante de la entidad que aguarda recibir la personería jurídica, explicó que “las familias que asisten a las instituciones no tienen la posibilidad de comprarse vestimenta nueva, ni útiles ni elementos lúdicos a estrenar porque ni siquiera a veces les alcanza para comprar alimentos”.
En el mismo sentido, analizó que “la situación se agrava porque la gente está muy necesitada. Una persona en estado de vulnerabilidad social no llega a ser pobre porque es indigente, verdaderamente. Lamentablemente el panorama es así”.
Consultada por el elemento que más les acercan los vecinos solidarios, respondió que es la ropa, ya que “los juguetes resultan más complicados de darlos en donación porque tienen un mayor valor” al tiempo que los objetos utilizados en las etapas educativas “también pasa por lo mismo”. “Nosotros en verano organizamos una campaña para juntar lápices, cuadernos, entre otras cosas, y nos dieron los del año anterior. Nuevos casi ninguno porque estaba todo muy caro”, añadió.
Con relación a la indumentaria, remarcó que durante esta época de bajas temperaturas los que más llevan son “abrigos, pantalones, calzas y zapatillas, en algunos casos”.
Aquellos que deseen extender su mano solidaria, tienen la oportunidad de escribirles a su cuenta de Facebook: Unidosporloschicos Colaboracion.
Costuras de altruismo
La vecina detalló el proceso de recuperación de la ropa recibida al describir que concretan una fase de selección, luego efectúan el lavado, posteriormente, el arreglo. De hecho anticipó que “iniciamos la preparación de un banco de prendas de vestir”.
Pero el próximo paso más cercano es la creación de un taller, aunque en el presente cuentan con maquinaria para realizar las reparaciones. “Tenemos dos máquinas de coser, una recta y una overlock de cuatro hilos”.
El detalle más llamativo que compartió nació cuando mencionó que “las personas que la utilizan no tenían experiencia previa. Debieron aprender el manejo. Por ejemplo, la overlock posee una cierta complejidad porque si no sabés manejarla correctamente, se puede cortar la tela y estropearla”.
Asimismo, reiteró que para la creación del taller “necesitan sí o sí de la personería jurídica, trámite que demanda mucha burocracia”.
Luego, enumeró que son los mismos integrantes de Unidos por los Chicos que lo llevan a comedores y merenderos de la región, entre ellos figuran La familia; Pancitas felices, Sonrisas Felices y el Club Balcarce.
Fuente: El Sureño