Sufre atrofia muscular espinal tipo 1, por lo que necesita una habitación en la que no haga frío ni entre la tierra. Sus padres piden ayuda para comprar puertas, ventanas y un equipo de aire acondicionado.
Una humilde familia de Florencio Varela necesita de la ayuda de la comunidad para avanzar con la construcción de una habitación especial para su hija de un año y medio que padece de atrofia muscular espinal tipo 1, y permanece en el Hospital El Cruce desde hace 8 meses, ya que su vivienda no es apta para una internación domiciliaria.
Ailén padece esa enfermedad que le impide estar erguida, mover sus brazos y piernas y respirar por sus propios medios. Por eso, se encuentra postrada a una cama conectada a un respirador artificial.
Su madre Norma Pezoa y su padre Miguel Angel Rojas -ambos de 32 años y del barrio Luján– recibieron la comunicación que señalaba que su pequeña ya podía irse a su propia casa, siempre que estuviera acondicionada. Como de los dos, sólo el hombre está en condiciones de obtener ingresos, aunque sea a través de los trabajos esporádicos que puede llevar a cabo como auxiliar de obra de construcción, solicitan ayuda a los vecinos para concluir con el sector en el que vivirá la menor.
Con la finalidad de concretar esa meta piden, precisamente, cuatro puertas -cuyo presupuesto total asciende a 48 mil pesos- dos ventanas, un termotanque y un aire acondicionado. Estos elementos son imprescindibles para que la niña retorne a su hogar sin que sufra frío ni de la tierra que ingresaría al interior del cuarto a raíz de la falta de protección. Los interesados en asistir tienen la posibilidad de llamar al 11-7166-7163.
En diálogo con El Quilmeño, Norma Pezoa señaló que “no tenemos el dinero suficiente para poder comprar esos objetos que nos faltan. Por ejemplo, una de las puertas, que estará destinada para el ingreso de los médicos y su equipamiento, está valuada en 20 mil pesos”.
Posteriormente, mencionó que “mi pareja tiene changas muy de vez en cuando y yo estoy siempre acompañando a Ailén en el hospital, o estoy con sus hermanas Milagros y Romina, de 9 y 12 años. No vemos la hora de que Ailén vuelva a su casa. Queremos que nuestro hogar esté en condiciones”, remarcó.