A través de un grupo de contención y escucha integrado por psicólogas, psiquiatras, operadoras en adicciones y emocionales. Cuentan con el apoyo de la Diócesis de Quilmes y de Cáritas.
La Casa de Encuentro para Mujeres Santa Mónica de Berazategui que conformó un grupo de contención y escucha integrado por especialistas destinado a vecinas de la región víctimas de violencia de género, en situación de calle y con problemas de adicciones, está convocando a acercarse con estas preguntas: “¿Estás triste?¿ Angustiada? ¿Con problemas familiares? Vení, te estamos esperando”.
El servicio funciona de manera gratuita los martes y sábados de 9 a 11 en el establecimiento ubicado en calle 126 N° 1869 con el apoyo de la Pastoral de Escucha y Adicciones de la Diócesis de Quilmes, así como el apoyo de la sede regional de Cáritas. En tanto, pusieron a disposición un número de teléfono para orientación previa e informes: 11-3848-2134.
Una de las referentes de la entidad, Sandra Isabel Sánchez, señaló la llegada de “más de 20 mujeres mayores de 18 años que no tienen un hogar donde vivir o padecen violencia de género o padecen de problemas de adicciones”.
Con respecto a la labor propiamente dicha, puntualizó que está a cargo de “psicólogas, psiquiatras, operadoras en adicciones y emocionales, así como psicólogas sociales que brindan un importante servicio de acompañamiento a las personas que vienen a expresarse, a comentar lo que les sucede. Se trata de otorgar una prestación completa”.
“Llegan de barrios tanto de Berazategui como Varela. Ellas se sienten oídas, apoyadas en sus temas de conflicto. En cambio, nosotras percibimos que podemos dar lo que alguna vez necesitamos en algún momento: empatía y, sobre todo, amor. Sentimos orgullo”.
Sánchez nombró a sus compañeras “Mónica Gonzáles, Patricia Verónica Galeano y Mindy Barrio Rubio las que llevamos a cabo este proceso y a la vez formamos parte de la Pastoral de Adicciones. En las escuchas, también participa de la comisión Darío Ojeda”.
A modo de cierre, recordó que “el establecimiento inició sus tareas en abril en la casa de una de las hermanas de la Diócesis llamada Renza, quien la donó para que se cumpla con la finalidad que tiene ahora”.