Cerca de 40 salones cerraron en Avellaneda desde el comienzo de la pandemia

Los propietarios calificaron la situación como “desesperante”. Y consideraron que su reapertura evitaría las celebraciones clandestinas, donde no existen los protocolos.

Dueños de salones de fiestas de Avellaneda denunciaron que cerraron casi 40 locales de ese tipo debido a que no lograron sobreponerse a las restricciones establecidas por las medidas sanitarias a raíz del coronavirus, que ya llevan 14 meses en el distrito, al tiempo que plantearon que la situación actual de los que “sobreviven” es “desesperante” ante la incertidumbre causada por la segunda ola de contagios.

Además, trazaron que la reapertura de este tipo de establecimientos sería una solución sanitaria para evitar las fiestas clandestinas y reuniones familiares y de amigos, ya que ofrecen los protocolos necesarios con el fin de reducir los casos de Covid-19.

Liliana Buchet, propietaria de Claps Eventos, de avenida Hipólito Yrigoyen y Brasil, calificó a la situación como “desesperante, ya que cerraron, en lo que va de la pandemia de coronavirus, 37 de los 75 salones del distrito”.

“Tuvieron que rematar a precio regalado el mobiliario que tenían, ya que debían desalojar los locales, a raíz de que tampoco tenían el dinero suficiente para pagar los alquileres”, añadió, y dejó entrever que “los salones que sobreviven están llenos de deudas. Deben servicios como luz, gas, teléfono, agua y alquileres”.

Asimismo, dijo que por parte de las autoridades municipales “hemos recibido la promesa de que nos condonarán las deudas de las tasa por Seguridad e Higiene. Pero todavía no hemos obtenido nada”.

En tanto, mencionó que “gran parte de los salones de eventos son emprendimientos familiares y encabezados por mujeres. Necesitamos volver a trabajar para poder alimentar a las familias que trabajan en estos comercios, y de las que dependen de ellos como DJs, animadores y empleados de cotillón”.

En otro orden, en diálogo con el Sureño, Buchet planteó que “estaría bueno que las autoridades nos brinden una fecha de reapertura para poder reorganizarnos, aunque creemos que necesitaríamos unos tres meses para volver a funcionar a pleno y comenzar a obtener ganancias. No es algo sencillo, ya que también es importante decirles a las personas que ‘estamos vivos’ con el objetivo de que nos contraten. Una fecha establecida nos tranquilizaría un poco”.

Y subrayó que “la reapertura de los salones de fiestas evitaría la realización de las celebraciones clandestinas y el desarrollo de reuniones de amigos y conocidos en lugares sin medidas sanitarias. Nosotros contamos con todos los protocolos. Fuimos uno de los primeros rubros en usar alcohol para sanitizar y además ofrecemos instalaciones donde se puede llevar a cabo la ventilación cruzada para evitar los contagios”.

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