Personal de salud municipal resolvió rápidamente el cuadro de suma urgencia y le salvaron la vida de milagro al apicultor.
Aldo Campillo, un apicultor de 59 años, llegó grave al Centro de Salud Dr. Javier Sábatto, con toda la cara hinchada, problemas en la visión y sin poder respirar con normalidad luego de ser picado por abejas.
Gracias a la rápida intervención de los profesionales de ese establecimiento municipal, pudo normalizar su estado y en pocas horas fue dado de alta.
Como lo hace habitualmente, el hombre se encontraba desempeñando sus clásicas tareas como apicultor cuando, por un inconveniente en su traje especial, fue picado por un enjambre de sus propias abejas. En pocos minutos, el ataque le generó una fuerte reacción alérgica, que casi le cuesta la vida, de no ser porque rápidamente se dirigió hasta el Centro Sábatto.
“Inmediatamente a las picaduras, empecé a perder la visión y a no poder respirar, como si se me cerraran los pulmones. Sentía un profundo dolor en el pecho, me lloraban los ojos y tenía toda la cara hinchada, parecía un monstruo. Nunca fui alérgico, por eso me sorprendió la gravedad de la situación. Sabía que no era mucho el aire que me quedaba, por eso no fui a mi casa sino que me dirigí lo más rápido que pude hasta la Sábatto”, explicó Campillo, quien destacó la atención que recibió en el centro de salud.
También, agregó: “Apenas llegué, sin preguntarme absolutamente nada, me atendieron tres enfermeras y dos médicos, quienes instantáneamente me recostaron en una camilla, donde comenzaron a administrarme suero con medicación por vía endovenosa y a través de ambos brazos. Me vieron y ya sabían lo que tenían que hacer. Así que en muy poco tiempo lograron estabilizarme y en 20 minutos ya me encontraba bien”.
“No tengo dudas de que me salvaron la vida y, gracias a dios, esta es nuestra salud pública”, resaltó el vecino, que durante décadas se desempeñó como productor televisivo y actualmente es apicultor.
Finalmente, expresó: “Realmente estoy infinitamente agradecido al cuerpo médico y a las enfermeras, que antes de preguntarme si tenía o no obra social, primero se preocuparon y ocuparon por mi salud. Y también quiero agradecerle a la municipalidad, que con mucho esfuerzo sostiene este Centro de manera totalmente gratuita para toda la comunidad. Porque así como me atendieron a mí, estoy seguro que atienden siempre a todos los vecinos, tengan o no recursos para atenderse en otro lugar”.